Río de Janeiro, Brasil
Símbolo icónico, con vistas panorámicas de la ciudad de Río y los alrededores
Desde 1931 la estatua icónica del Cristo Redentor se alza sobre Río de Janeiro, y sus brazos extendidos han personificado la calidez característica de los brasileños.
La estatua tiene 38 m de alto, y está ubicada en la cumbre de la montaña Corcovado, de 710 m, en el Parque Nacional de la Tijuca. Es obra del escultor Paul Landowski, a partir de un diseño del ingeniero local Heitor da Silva Costa.
La idea de construir un monumento religioso en el lugar la tuvo Pedro Maria Boss, en 1859. El plan solo se pudo realizar, sin embargo, cuando se decidió erigir un monumento para celebrar los cien años de la independencia de Brasil. Fue construida con hormigón armado y una capa de piedra pómez, se tardaron cinco años en finalizarla y se inauguró el 12 de octubre de 1931.
En 2006 se consagró una capilla bajo la estatua para que los católicos pudieran celebrar bautizos y bodas.
Ahora es mucho más fácil acceder a la estatua que cuando se construyó, puesto que el ferrocarril de Corcovado sube desde los suburbios de Río atravesando la selva hacia la cumbre, con un ascensor y unas escaleras mecánicas desde la estación hasta el punto más alto. Es un lugar verdaderamente inspirador, con vistas panorámicas de una de las ciudades más bellas y mejor situadas.
El Parque Nacional de la Tijuca es uno de los últimos vestigios de la mata atlántica, del que aproximadamente los europeos talaron un 93 por ciento para convertirla en plantaciones de café. La mata de la Tijuca fue replantada en la segunda mitad del siglo xix por el alcalde Manuel Gomes Archer, a quien se le encargó por primera vez la administración forestal de la zona.
Junto con la selva tropical del Amazonas, la estatua del Cristo Redentor-una de las esculturas de estilo art déco más grandes y reconocibles jamás creadas- se ha convertido en la imagen principal de Brasil en todo el mundo.